martes, 30 de junio de 2015

El coro en Calahonda


Cuando el coro hace una salida para actuar fuera de Granada no puedo evitar de pensar en aquellas películas tan llenas de humor como 'El viaje a ninguna parte'. Sin embargo me parece que la tropa se comportó muy bien en Calahonda, cantando en una misa y un posterior concierto, ambos muy satisfactorios como celebración de fin del año coral.

Fuimos recibidos con mucho cariño por el parroco Paco y la misa de las ocho fue una celebración muy grata, donde disfrutamos de la buena acústica de esta moderna iglesia. Nuestro acompañiamiento a la misa fue recibido con aplausos al final, nada habitual para una ceremonia religiosa.

Una vez terminada la misa, y dentro del ciclo de conciertos en la Iglesia del Carmen, ofrecimos una pequeña actuación en una hermosa capilla frente al mar.

El lugar no podría ser más atractivo. La vista desde el altar de la ermita, con las puertas abiertas de par en par, dando al Paseo Marítimo nos dejó sin aliento.  El mar al fondo mientras cantábamos y el cielo cambiando durante el crepúsculo era un espectáculo sublime.

Nos acompañó como solísta la soprano Maríya Stikhun para la interpretación del 'Panis Angelicus' y  el 'Ave María' atribuido a Caccini y en realidad compuesto por Vladimir Vavilov, compositor ruso del siglo XX.  Asimismo nos deleitó con el aria de Puccini ´O mio babbino caro de la opera 'Gianni Schicchi'. Su voz llenó de belleza la pequeña capilla y el público quedó impresionado por su hermosa voz. 

Interpretamos 'El coro de los esclavos' y 'El coro de los gitanos'  ambos de Verdi ¡acompañado graciosamente por yunque y martillo! así como varias otras canciones de nuestro repertorio. Además estrenamos, lo que creo entender como primicia en España 'La vida de los gitanos' de Schumann, en su versión poética en español de María Teresa Ariza. El público se volcó en sus aplausos. La única queja que escuchamos era que el concierto había sido demasiado corto por lo cual  tuvimos que improvisar varias otras piezas como 'Luisiña', ésta, con la hermosa voz de Salvador García que salió del anonimato para cantar el solo.

Finalmente y después del concierto, la parroquia tuvo la amabilidad de ofrecernos  unas copiosas tapas en el patio encantador de la iglesia. 

Un final feliz para un año de mucho trabajo.

Ann Fernández Vidaurreta

Novena a la Virgen del Perpetuo Socorro

       

El 24 de Junio cantamos la Misa de la Novena a la Virgen del Perpetuo Socorro en su sede de la calle San Jerónimo, en vísperas del 103 aniversario de la adquisición por los Redentoristas de la preciosa iglesia de estilo renacentista, de finales del siglo XVII. El templo, construido por la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, estuvo muy abandonado durante varias décadas hasta comienzos del siglo pasado, cuando fue restaurado por la Congregación del Santísimo Redentor y consagrado a Nuestra Señora. Nosotros lo consideramos como nuestra segunda casa, motivo de inspiración cuando la visitamos. 

Allí, junto al Camarín donde se aloja el icono de la Virgen, en el retablo mayor del altar, sonó a música celestial el emotivo Ave María de Caccini, cantado por la soprano Mariya Stikhun con acompañamiento del coro. Bastantes semblantes emocionados y algunas lágrimas no contenidas, entre los numerosos fieles asistentes que llenaron la iglesia, denotaron cómo fue sentida esta advocación.

Sonó potente y afinado el Aleluya de Haendel al final, como remate de una actuación querida y sentida por todos nosotros. 

Juan Ignacio Abad Puertas

martes, 16 de junio de 2015

Manuel de Falla Oración por los Cristianos Perseguidos

Domingo, 14 de junio de 2015

No más lágrimas
Cuántas lágrimas derramadas por hijos, padres, abuelos, amigos…. al ver que por obra de una sinrazón fanática, ya no volverán a ver más a ese ser querido que el distanciamiento cruel arraiga aún más en sus corazones. El acto vivido en el auditorio Manuel de Falla de Granada, se podría resumir como una oración infinita que ojalá su eco nunca se extinga y llegue a quién sea capaz de detener tanta masacre en nombre del dios de turno. El sonido estremecedor de tantas voces al unísono suplicando “a un Padre colmado de amor, misericordioso que mire a sus hijos que sufren perseguidos por su fe” desgarraban el alma de tal manera que hasta parecía resbalar por los muros del recinto lágrimas de dolor y al par de una emoción jamás vivida.
Por unos momentos pensemos que el conjunto de esas lágrimas han formado un lago de aguas cristalinas que sirva para abastecer campos en los que sembrar corazones límpidos capaces de prodigar el cariño, la ternura y en definitiva el amor.
Ignacio Miguel Roca Ruiz